lunes, 20 de febrero de 2012

TETRO DE CAMBIOS SOCIALES DE GÉNERO

ACTO I

Paula llega a su piso después de una dura jornada de trabajo, y se encuentra con su novio y futuro marido.

Paula: Amor mío ya estoy en casa

Novio: Hola cariño, que tal el trabajo

Paula: Pues muy bien, muchas cosas que archivar, pero en fin, bien

Novio: Bueno, no te preocupes, a partir de mañana no tendrás que ir a trabajar.

Paula: ¿Por qué Antonio?

Novio: Me han ascendido en el trabajo, ganaré 2500 euros al mes, lo suficiente para mantenernos a los dos.

Paula: Pero Antonio, a mi me gusta mi trabajo, no quiero dejarlo, además, yo me quiero sentir útil.

Novio: Paula, pero yo soy el hombre de la casa, y soy yo quien debe traer el dinero.

Paula: ¿Y por qué tu y no yo?

Novio: Porque así ha sido toda la vida

Paula: Eres un antiguo y un machista, me avergüenza tu aptitud.

ACTO II

Paula llega a casa de sus padres para contarles lo sucedido y pedir consejo.

Paula: Hola papa, hola mama

Madre: Mi vida, ¿Qué te pasa?

Paula: Que mi novio no quiere que vaya a trabajar, que dice que el es hombre de la casa y debe traer el dinero, que así debe ser.

Hermana: ¿Y de eso te quejas? Yo aceptaría sin duda alguna y a vivir del cuento
monada. Son ellos los que deben sudar no nosotras, además, ¿qué hay de malo en vivir sin dar un palo al agua?

Paula: Esa es la diferencia entre tú y yo. Yo me gano la vida. A ti tienen que ganártela.

Padre: Tu novio no es ningún machista, tu novio es realista. Mira tu madre, toda su vida casa como debe ser, porque yo, el hombre de la casa, traía el dinero para
manteneros, ¿Y os a faltado algo?

Paula: Pero ¿Y todos esos años de estudio que tanto esfuerzo me han costado? ¿Se
supone que debo echarlos ahora por los suelos?

Padre: Yo nunca aprobé que te fueras de casa a estudiar habiendo cosas que hacer aquí.

Paula: Porque eres un machista que solo mira por si mismo

Padre: No quieras cambiar lo que ya está escrito

Paula: Por eso se escriben libros nuevos

Padre: Son todo una sarta de bobadas. Esta sociedad se va al gárrete, por culpa de esa nueva moda de que la mujer también debe trabajar.

Madre: Pero hija, si no pasa nada. Tu marido trabaja fuera y tú en casa, ¿Qué hay de malo? Tendrás más tiempo para ti, para tu novio, para tus niños cuando los
tengas. Es la función de toda mujer en la vida, ser el pilar que soporta la casa.
 No veo el por qué de tu enfado.

Paula: Porque me está quitando la libertad. Porque me está menospreciando, y eso no se le hace a la persona que amas y con la que te vas a casar, al contrario, la
apoyas, le das fuerza. Bueno, dejadlo, ya veo que  no lo entendéis.

ACTO III

Paula llega de nuevo al piso y empieza a discutir con su novio por el tema del trabajo.

Novio: ¿Dónde estabas? Me tenías preocupado

Paula: En casa de mis padres. (Paula tiene lágrimas en los ojos)

Novio: ¿Por qué? ¿Qué pasa?

Paula: ¿Qué qué pasa? ¿Qué qué pasa? Que me estás quitando la libertad, la libertad
para hacer lo que a mí me gusta. Pasa que está echando por tierra todo lo que
me he esforzado para llegar a convertirme en lo que hoy soy, la mejor secretaria
de la empresa. Pasa que esas ideas tuyas las tenías que haber dejado en tu casa antes de entrar en mi vida. Pasa que se me están abriendo muchas puertas, y tú, la persona a la que más quiero, me las está cerrando. Eso pasa.

Novio: Si lo hago es porque me parece absurdo seguir las reglas que marca esta absurda sociedad. ¿Qué es eso de que las mujeres deben trabajar fuera de casa?
Son ideas absurdas, creadas por hombres que tienen a sus mujeres trabajando y que probablemente sean unas golfas de esas que van enseñando las piernas por ahí con una minifalda.

Paula: ¿Golfas?¿Y todas esas mujeres que para sacar a sus familias adelante tienen que estar limpiando servicios, o deben estar limpiando las calles desde las 7:00 de la mañana? Son mujeres que luchan por su familia, igual que lo haría un hombre.

Novio: Pero no es esa tu situación. Tu puedes levantarte a las doce de la mañana, mientras que cuando yo llegue este la comida lista y la casa limpia.

Paula: ¿A sí que quieres tenerme aquí todo el día como una esclava? Pues muy bien, voy a llamar a mi jefe y le diré que dejo el trabajo mañana mismo. 

ACTO IV
Paula está sentada en el sofá viendo el televisor pero oye.

Paula: ¿Quién es?

Vecina: Somos nosotros, tus vecinos

Paula: A si, un momento. ¿Qué hacéis aquí?

Vecina: Pues que nos hemos alarmado al oír tanto gritos y tan fuertes

Vecino: Claro y como nosotros nos preocupamos de nuestros vecinos pues hemos venido.

Paula: A bueno, muchas gracias por todo, pero no hacía falta que vinierais.

Vecina: Bueno niña, ¿qué os ha pasado?

Paula: Que mi novio es un machista que quiere que deje de trabajar.

Vecino: ¿Y tú le vas a hacer caso?

Paula: Ramón, no me queda otra

Vecina: Si te queda otra, luchar contra su machismo. Mira Ramón, tenía las mismas ideas cuando nos casamos, pero cuando llegaron los malos tiempos se dio cuenta de que era imprescindible otro sueldo en casa, y ahora no le importa si minifalda, o si me tengo que ir al extranjero a trabajar, porque sabe que lo hago por mi familia, y porque ahora si es un hombre de verdad, que mira por sus queridos, no por el mismo y por lo que pueda pensar la gente de él.

Vecino: Y no tengo ningún trauma de que mi mujer trabaje, al contrario, desde que se
puso a trabajar he podido darme más lujos, pues dos sueldos son mejor que uno.

Vecina: Ya se dará cuenta de la falta que hace una mujer trabajando

Vecino: Eso que cuando falta dinero… ¿Qué pasa?

Paula: Por fin personas que me entienden, pero no se puede luchar contra esta sociedad hipócrita, donde la gente va de liberal pero sigue anclada en el pasado,
cometiendo los mismos errores de los que hemos intentado huir. Pero bueno, lo
hecho,  hecho está, ya he llamado al trabajo y he informado a mi jefe de la decisión que he tomado, dándole obviamente mis razones.

Vecina: Pues tonta que has sido, por que tú te has esforzado mucho como para que
ahora un hombre venga y te lo eche todo por los suelos.

Paula: Pero María, ¿qué hago si cuando intento escribir una nueva página en la sociedad la arrancan como si fuera una basura? No hay peor enemigo que la ignorancia.

Pasó el tiempo y se celebró la boda tal y como estaba previsto, ya obviamente Paula había perdonado a Antonio, pero no había un solo día en el que el teléfono no sonara para ofrecerle trabajo a Paula, y era lo que realmente le dolía, que se había casado con un dictador.